Home2021 Country Reports on Human Rights Practices Translations ...Prólogo de los Informes por país sobre las prácticas de derechos humanos en 2021 hide Prólogo de los Informes por país sobre las prácticas de derechos humanos en 2021 En el curso de prácticamente cinco décadas, los Estados Unidos han publicado los Informes por país sobre las prácticas de derechos humanos con la intención de ofrecer un recuento fáctico y objetivo de la situación de los derechos humanos en todo el mundo; en 2021, se cubren 198 países y territorios. La información contenida en estos informes no podría ser más vital o urgente a la luz de los abusos y las violaciones en curso de los derechos humanos en muchos países, el retroceso democrático continuo en varios continentes y el autoritarismo creciente que amenaza tanto los derechos humanos como la democracia, en particular, en la actualidad, con el ataque no provocado a Ucrania por parte de Rusia. La Administración Biden ha colocado los derechos humanos en el centro de la política nacional y exterior de los Estados Unidos. Asimismo, reconocemos que nuestra nación no siempre logra proteger la dignidad y los derechos de todos los estadounidenses a pesar de las proclamaciones de libertad, igualdad y justicia en nuestros documentos fundacionales. El compromiso ininterrumpido de los Estados Unidos para promover los derechos humanos, tanto a nivel nacional como internacional, constituye la mejor manera de honrar a generaciones de estadounidenses de piel negra, de piel oscura, u otras personas de color, pueblos indígenas, personas con discapacidades, personas LGBTQI+, inmigrantes, mujeres y niñas, y otros grupos históricamente marginados cuya defensa de sus derechos y los de otros impulsó a los Estados Unidos a querer ser una “unión más perfecta”. El presidente Biden ha calificado la defensa de la democracia y los derechos humanos el reto definitivo de nuestro tiempo. Con la convocatoria a la primera Cumbre para la Democracia en diciembre de 2021 –que reunió a representantes de 100 gobiernos, así como a la sociedad civil y el sector privado– el presidente Biden despertó la atención mundial y la pujanza por la renovación democrática y el respeto por los derechos humanos. Los gobiernos participantes establecieron compromisos importantes para revitalizar la democracia en sus países y en el exterior en la primera Cumbre, a partir de la cual prevemos avances importantes durante el Año de Acción actual y antes de la celebración de una segunda Cumbre. Los informes esbozan un panorama claro de los lugares en los que los derechos humanos y la democracia están amenazados. Destacan dónde los gobiernos han encarcelado, torturado, o incluso matado indebidamente a opositores políticos, activistas, defensores de derechos humanos o periodistas, como en Rusia, la República Popular China, la República Popular Democrática de Corea, Nicaragua y Siria. Documentan abusos de manifestantes pacíficos que demandan democracia y libertades fundamentales en países como Birmania, Belarús, Cuba, Hong Kong y Sudán. Destacan casos preocupantes de represión transnacional –donde los gobiernos se movilizan cruzando fronteras para hostigar, intimidar o asesinar a disidentes y a sus seres queridos– conforme quedó ejemplificado con el peligroso desvío forzoso por parte de Belarús de un vuelo comercial internacional con el único fin de arrestar a un periodista independiente crítico. Pero también contienen muestras de progreso y rayos de esperanza dado que nunca se podrá extinguir la voluntad indomable de vivir en libertad. En Iraq, el pueblo votará para definir el futuro de su país en elecciones parlamentarias más creíbles y transparentes que en 2018. En Botswana, un tribunal promovió los derechos humanos de personas LGBTQI+ mediante la ratificación de la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo. En Turkmenistán, se indultó a todos los Testigos de Jehová objetores de conciencia al servicio militar, un triunfo para la libertad de culto o creencias. La estabilidad, seguridad y salud de cualquier país dependen de la capacidad de su pueblo para ejercer libremente sus derechos humanos: para sentirse seguros y parte de sus comunidades en la expresión de sus perspectivas o género, del amor hacia quienes escogen amar, la organización sindical con colegas, la reunión pacífica, la vida según su conciencia y el empleo de sus voces e información de medios de divulgación independientes para la rendición de cuentas de los gobiernos. Resta mucho por hacer aquí en los Estados Unidos y a nivel mundial. Pero soy consciente de que trabajando juntos en el Año de Acción y con el empleo de recursos como los Informes por país sobre las prácticas de derechos humanos, es posible acercarnos más a la construcción de un mundo donde el respeto por los derechos humanos sea verdaderamente universal.