Los mitos contenidos en la desinformación que propaga Rusia no pueden ocultar la dura verdad de que (1) las sanciones no son aplicables a los granos de Rusia, (2) los granos de Ucrania son fundamentales para llevar alimentos suficientes a países de bajos ingresos, (3) Rusia no puede reemplazar el suministro de granos de Ucrania, (4) el Kremlin está en proceso de destruir más granos de los que se ha ofrecido a donar, y (5) cada día más misiles y drones rusos apuntan en forma deliberada contra la cadena vital que proporciona granos de Ucrania al resto del mundo y que mantiene estables los precios de los alimentos.
“Moscú está librando una batalla para desencadenar una catástrofe mundial: estos desquiciados necesitan que colapse el mercado mundial de alimentos, necesitan que haya una crisis de precios y precisan que haya interrupciones en el suministro. Algunos creen que pueden ganar dinero con ello. Alguien allá en Moscú espera poder lucrarse con esto. Son ambiciones muy muy peligrosas”. – Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, 2 de agosto de 2023 (en inglés).
El 17 de julio de 2023 Rusia se retiró de la Iniciativa de Granos del Mar Negro (Black Sea Grain Initiative, BSGI) alegando pretextos (en inglés) que son falsos (en inglés). Esta medida unilateral suspendió el acuerdo que permitió llevar casi 33 millones de toneladas (en inglés) de exportaciones de granos a los mercados mundiales. Un volumen muy superior a la mitad de ese grano y dos tercios del trigo fueron destinados a países en desarrollo. Esto representó el equivalente de 18.000 millones de barras de pan (en inglés). Unos días después, el precio mundial del grano subió un 17 % (en inglés), mientras que Rusia anunció niveles récord (en inglés) de exportaciones de granos. El Kremlin afectó el mercado al imponer un alto precio para sí a expensas de los sectores más vulnerables del mundo al tiempo que intensifica los ataques (en inglés) contra los puertos y granos de Ucrania. Rusia utilizó la desinformación repetidamente para desacreditar a la BSGI y amenazó con retirarse mientras la iniciativa estuvo en vigor entre julio de 2022 y julio de 2023.
Tras la retirada de Moscú de la BSGI, el Kremlin continúa distorsionando datos, negando hechos y manipulando cifras en un intento por perpetuar cinco mitos falsos. En primer lugar, el Kremlin intenta engañosamente mostrar a Rusia como víctima de sanciones a las exportaciones de granos y fertilizantes, cuando, de hecho, son las restricciones que Rusia impone a sus propias exportaciones y la guerra ilegal que libra contra Ucrania las que han impedido los envíos. En segundo lugar, Moscú sostiene falsamente que los países de bajos ingresos no se beneficiaron con la BSGI, cuando, de hecho, aproximadamente 20 millones de toneladas de ese grano se destinaron a países en desarrollo. La iniciativa también benefició en forma considerable al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, en tanto que estabilizó los precios mundiales y llevó el suministro de granos de Ucrania a los países que más lo necesitaban. En tercer lugar, el Kremlin difunde señalamientos manipuladores que restan importancia (en inglés) al grano procedente de Ucrania para el abastecimiento de alimentos a nivel mundial, a la vez que trabaja para destruir activamente (en inglés) la capacidad de Ucrania de exportar granos que podrían alimentar a millones (en inglés) de personas en todo el mundo. En cuarto lugar, Moscú procura mostrarse como un benefactor magnánimo y garante de la seguridad alimentaria mundial, cuando, en realidad, Rusia es apenas el 34.º mayor contribuyente al PMA, aún cuando espera obtener una cosecha récord. En quinto lugar, mientras que el Kremlin sostiene falsamente que el corredor de seguridad de la BSGI permitió encubrir la actividad militar de Ucrania, los ataques intensificados de Rusia contra la infraestructura portuaria civil ucraniana, que según el gobierno de Ucrania ya destruyeron 220.000 toneladas de grano, ponen de manifiesto las verdaderas intenciones del Kremlin: interrumpir un sostén económico vital para Ucrania.
La distorsión de datos y los cálculos engañosos que realiza el Kremlin no pueden ocultar los hechos. La Federación Rusa inició contra Ucrania una guerra injustificada, ilegal y no provocada. El Kremlin sigue bloqueando puertos de Ucrania y poniendo en peligro a los buques civiles que transportan alimentos, al tiempo que los ataques con misiles de Rusia destruyen los silos de granos y los centros de transporte de Ucrania. La retirada de Moscú de la BSGI incrementa los precios del grano de Rusia y contribuye a colmar las arcas de guerra del Kremlin a expensas de los más vulnerables del mundo. Rusia obtendrá un lucro significativo de este aumento en los precios de los alimentos y de su cosecha extraordinaria, mientras elimina a su principal competidor y hace que el mundo se olvide de la contribución vital que realiza Ucrania para alimentar a las personas más necesitadas del mundo. En verdad, Rusia es el único agresor, al intentar bloquear la circulación vital de granos a las personas más necesitadas del mundo.
Uso del hambre como arma
La guerra injustificable y no provocada que el Kremlin lleva adelante contra Ucrania ha dañado de manera grave la economía de Ucrania y ha exacerbado (en inglés) la inseguridad alimentaria mundial, sobre todo en los países en desarrollo (en inglés). Ucrania ha sido, durante mucho tiempo un “granero de Europa” (en inglés) y ha alimentado a millones de personas (en inglés) en todo el mundo. Fue uno de los principales proveedores de granos (en inglés) para decenas de países africanos y de Oriente Medio en 2021. Desde la invasión a plena escala iniciada en febrero de 2022, Rusia ha bloqueado (en inglés) rutas comerciales de Ucrania a través del mar Negro, ha minado (en inglés) campos ucranianos destinados a agricultura, ha quemado (en inglés) cultivos, ha destruido (en inglés) suministros de alimentos almacenados de Ucrania, ha generado escasez de mano de obra y ha atacado (en inglés) buques mercantes y puertos (en inglés). Rusia también roba granos (ambos enlaces en inglés) de Ucrania en beneficio propio. Conforme lo informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la guerra del Kremlin contra Ucrania “interrumpió la producción agrícola y el comercio en la región del Mar Negro, lo que desencadenó un aumento sin precedentes de los precios internacionales de los alimentos en el primer semestre de 2022”.
En julio de 2022, las Naciones Unidas y Turquía negociaron la Iniciativa de Granos del Mar Negro (Black Sea Grain Initiative, BSGI) (en inglés), con el objeto de “facilitar la navegación segura para las exportaciones de cereales y productos alimenticios conexos y fertilizantes” desde los puertos de Ucrania para que los fertilizantes y alimentos comerciales puedan llegar a los mercados mundiales. El arduo trabajo que llevaron adelante Turquía y la ONU fue una gestión magistral de la diplomacia. Kiev y (hasta julio de 2023) Moscú participaron en la BSGI, y la Iniciativa resultó fundamental para reducir (en inglés) la inflación en los precios mundiales de los alimentos y para hacer llegar a personas de todo el mundo (en inglés) los granos que se necesitaban urgentemente.
Mitos, cálculos y desorientación en la cumbre Rusia-África
Mientras la BSGI estuvo vigente desde julio de 2022 hasta julio de 2023, Rusia empleó repetidamente la desinformación y los falsos pretextos (ambos enlaces en inglés) en un intento de desacreditar el acuerdo y amenazó con retirarse de este. Conforme lo precisó anteriormente el Centro del Departamento de Estado para la Participación Global (Global Engagement Center) en el boletín que publicó en mayo de 2023, titulado Rusia debe detener sus ataques a la seguridad alimentaria, el Kremlin ha utilizado como arma (en inglés) reiteradamente la seguridad alimentaria mundial y ha difundido falsedades a la vez que ha procurado beneficiarse de la crisis alimentaria que contribuyó a exacerbar al realizar su invasión de Ucrania a plena escala. Después de que Rusia se retirase de la BSGI, el presidente Vladimir Putin y el ecosistema de desinformación y propaganda del Kremlin hicieron reaparecer falsas narrativas e introdujeron otras nuevas y triviales, las cuales expusieron de manera prominente durante la cumbre Rusia-África que tuvo lugar en San Petersburgo en julio de 2023.
Mito número uno: “Rusia es víctima de sanciones a los alimentos y los fertilizantes”.
Moscú ha propagado en forma persistente una narrativa falsa (en inglés) según la cual las sanciones impuestas a Rusia por la guerra ilegal que eligió librar contra Ucrania impidieron que Rusia exportara sus alimentos y fertilizantes, incluso durante vigencia de la BSGI. Funcionarios rusos y medios de comunicación financiados por el Estado a menudo hicieron resurgir afirmaciones falsas de que las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia “cerraron todas las vías” (en inglés) para el transporte de granos y fertilizantes rusos. En el período previo a la cumbre Rusia-África de julio de 2023, Putin sostuvo (en inglés) una vez más que no se cumplieron ninguna de las excepciones a las sanciones relativas a los granos y fertilizantes rusos, y al mismo tiempo se jactó de que Rusia exportó un volumen casi idéntico de productos de granos a África durante el primer semestre de 2023 que en todo el año 2022, pese a quejarse sobre obstáculos inexistentes.
Lo cierto es que Estados Unidos no ha impuesto sanciones a la exportación de alimentos y fertilizantes desde Rusia. Las Naciones Unidas se han puesto en coordinación con el sector privado y con Estados Unidos (en inglés), la UE (en inglés) y el Reino Unido (en inglés) para aclarar cualquier inquietud planteada por Rusia. Estos países han publicado una guía exhaustiva (en inglés) para explicar las excepciones a las exportaciones de alimentos y fertilizantes de Rusia en sus sanciones.
En verdad, Rusia se limitó (en inglés) a sí misma. En los meses inmediatamente posteriores a la invasión a gran escala que llevó a cabo en Ucrania y antes de que entrara en vigor la BSGI, Rusia restringió sus propias exportaciones (en inglés), y así manipuló los mercados mundiales y bloqueó las exportaciones de alimentos de Ucrania, para maximizar el lucro a costa de poblaciones vulnerables de todo el mundo.
Los datos hablan por sí mismos. A Rusia le fue muy bien durante la vigencia de la BSGI. Mientras la BSGI estuvo en vigor, Rusia exportó 56 millones de toneladas de granos (en inglés), y en este proceso ganó 41.000 millones de dólares (en inglés). Estados Unidos y sus aliados apoyaron con firmeza los esfuerzos de la ONU para llevar tanto el grano ucraniano como el ruso a los mercados mundiales con el objeto de mitigar el impacto que tiene la guerra injustificada de Rusia contra Ucrania en el abastecimiento y los precios mundiales de los alimentos. Como resultado, los ingresos de Rusia generados por fertilizantes se dispararon (en inglés) durante 2022, según datos de la ONU. Rusia también se está beneficiando con niveles récord de ventas de trigo. Sus exportaciones de trigo estuvieron “próximas a máximos históricos” (en inglés) en diciembre de 2022, según señalan expertos (en inglés) y el grupo comercial de exportadores de cereales (en inglés) de Rusia. Rusia exportó 45,5 millones de toneladas (en inglés) de trigo, o un 27 % más que el año precedente.
Rusia obtuvo beneficios económicos (en inglés) sustanciales con la exportación de productos agrícolas, en gran parte como consecuencia de los elevados precios mundiales de las materias primas que generó la guerra de Putin. Tras la retirada de Rusia de la BSGI en julio de 2023, los precios mundiales de los cereales se dispararon un 17 % (en inglés), y debido a esto las poblaciones más vulnerables del mundo resultaron perjudicadas. En el período posterior a la salida de Rusia de la iniciativa, Moscú empleó la desinformación para desprestigiar la BSGI (en inglés), mientras que funcionarios (en ruso) de alto rango del Kremlin y propagandistas (en ruso) pagados por el Estado [ruso] pedían abiertamente al gobierno que empleara el hambre como arma.
Mito número dos: “Las naciones de bajos ingresos no se benefician de la iniciativa de granos”.
En el período previo a que Rusia se retirase de la BSGI y en las semanas transcurridas desde entonces, el Kremlin ha distorsionado datos y ha propagado una narrativa manipuladora que sostiene que la BSGI no benefició a los países más necesitados. En mayo de 2023, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia (MFA) siguió manipulando información orientada a desacreditar a la BSGI, aun cuando confirmó (en ruso) que se prorrogaría el acuerdo (del cual posteriormente se retiró). El MFA cuestionó el “componente humanitario” (en ruso) de la BSGI, y sostuvo que las naciones menos desarrolladas no se benefician de la iniciativa porque supuestamente recibieron apenas el 2,5 % del grano exportado. El 17 de julio de 2023, los medios estatales rusos amplificaron (en ruso) los comentarios (en inglés) vertidos por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acerca de la “extinción de facto” de la BSGI, al señalar que “los países más pobres fueron los que menos recibieron”. Antes de la cumbre Rusia-África, medios estatales rusos (en inglés) dieron amplia difusión al artículo (en inglés) elaborado por Putin el 24 de julio, en el cual reformulaba desinformación sobre la localización geográfica de las distribuciones de cargamentos en virtud de la BSGI. El propósito de esto era acusar falsamente (en inglés) a Estados Unidos y aliados de usar la iniciativa “con el único fin de enriquecer a grandes empresas estadounidenses y europeas”, mientras solo se abastece en forma insuficiente a países en desarrollo. En el discurso de inauguración de la cumbre Rusia-África (en inglés) pronunciado el 27 de julio, el presidente Putin distorsionó incluso más los datos de la BSGI (en inglés) disponibles al público para sostener que más del 70 % de los productos alimenticios exportados a través de la BSGI fueron a países con ingresos superiores al promedio, mientras que “países de bajos ingresos como Etiopía, Sudán, Somalia… recibieron menos del 3 % del volumen total”.
Contrariamente a lo afirmado por Rusia, la BSGI ha ayudado a personas necesitadas al entregar en forma directa volúmenes de grano ucraniano que se necesita en forma acuciante a países de bajos ingresos y al reducir los precios de los alimentos a nivel mundial. Cada cargamento en virtud de la BSGI redujo las dificultades al hacer llegar granos al mercado y bajar los precios de los alimentos para todos. Los precios más bajos permitieron al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) comprar más cereales, todo en beneficio de países de bajos ingresos. Según el Centro de Coordinación Conjunta (en inglés) de la Iniciativa de Granos del Mar Negro de la ONU, más de 1000 barcos partieron de puertos de Ucrania y entregaron casi 33 millones de toneladas de cereales y alimentos a 45 países. El 57 % del cargamento (en inglés) llegó a países en desarrollo de ingresos bajos o medianos en África y Asia y el 65 % del trigo ucraniano llegó a países en desarrollo, incluido el 19 % a los “países más pobres y menos desarrollados”. Gran parte de la cosecha ucraniana enviada a Turquía, el tercer mayor receptor, fue reprocesada y exportada como harina a países de África y Oriente Medio.
La manipulación matemática que hace Putin tampoco toma en cuenta, a su conveniencia, que Ucrania aportó al PMA más del 80 % de su trigo al mes de julio de 2023 en el marco de la BSGI, respecto del 50 % aportado en 2021 antes de la invasión a plena escala de Ucrania por parte de Rusia. La BSGI permitió al PMA transportar 29 cargamentos en buques, incluidas 725.000 toneladas métricas de trigo de Ucrania como asistencia alimentaria humanitaria, a Afganistán, Yibuti, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen. La BSGI consiguió un éxito inmenso en lo que debía hacer: evitar que los precios mundiales de los cereales aumentaran en forma drástica y, a la vez, llevar alimentos a quienes más los necesitaban en todo el mundo.
Rusia afirma falsamente que la BSGI no ayuda a los países en desarrollo, mientras que Rusia, por su parte, hace poco para ayudar a los países más necesitados. Lo que Putin tampoco mencionó en la cumbre Rusia-África de julio de 2023 es que Rusia todavía no había ofrecido (en inglés) granos gratuitos al PMA, si bien exporta (en inglés) ampliamente sus granos a países de ingresos altos o medianos. En cambio, la BSGI estabilizó los precios mundiales de los granos y aportó exportaciones de trigo equivalentes a 18.000 millones (en inglés) de barras de pan, y el equivalente a 11.500 millones de barras llegaron a países en desarrollo.
Mito número tres: “La participación de Ucrania en el mercado mundial de trigo puede ser reemplazada… por Rusia”.
El presidente Putin insistió en sus manipulaciones de cálculos durante la cumbre Rusia-África y planteó una nueva narrativa falsa. Presumiendo de la cosecha supuestamente récord obtenida por Rusia, Putin afirmó (en inglés) que Rusia “puede reemplazar” el grano ucraniano a través de sus exportaciones y de la ayuda, porque “la participación de Rusia en el mercado mundial de trigo es del 20 %, y la de Ucrania, de menos del cinco”. Para fundamentar su afirmación, Putin señaló (en inglés) que, en 2022, Ucrania exportó 47 millones de toneladas de productos de granos, de los 55 millones de toneladas que cosechó, de los cuales 17 millones de toneladas correspondían a trigo, mientras que Rusia exportó “60 millones de toneladas de las 156 millones que cosechó, de las cuales 48 millones de toneladas fueron de trigo”. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las exportaciones de Rusia (en inglés) son inferiores a lo que Putin informó, y están más próximas a 56 millones de toneladas de grano exportadas de las 137 millones de toneladas cosechadas (en inglés), con 45,5 millones de toneladas de trigo exportadas. Que Ucrania cosechara 55 millones de toneladas de grano a pesar de la invasión de Rusia, la presencia de minas activas en los campos ucranianos y el bombardeo a sus agricultores, e igualmente lograra exportar el 85 % por ciento de su cosecha es una hazaña notable por parte de los granjeros y trabajadores agrícolas de Ucrania. Lo que Putin no mencionó fue cuánto trigo utiliza Rusia para alimentar a la población rusa, ni tampoco explicó por qué Rusia exportó solo el 38 % (en inglés) de su grano, ni por qué en 2023, a pesar de su cosecha récord, sigue estando apenas en la posición 34.º entre los donantes (en inglés) al Programa Mundial de Alimentos que alimenta a las poblaciones más vulnerables del mundo. Sin una respuesta a esas preguntas, la afirmación de Rusia de que puede reemplazar el aporte de Ucrania a las exportaciones de granos, en particular a los países más necesitados, no resulta creíble.
Los cálculos engañosos de Putin pretenden negar y borrar el papel inmenso que tiene Ucrania como “granero global”. Antes de la invasión a plena escala por parte de Rusia, Ucrania estaba entre los principales exportadores agrícolas del mundo. Era el exportador principal de aceite de girasol y proporcionaba el 50 % de este al mercado mundial. Era tercero en cebada (18 %), cuarto en maíz (16 %) y el sexto mayor exportador de trigo (en inglés), pues exportaba el 8 % de la oferta mundial. En 2021, Ucrania exportó cereales por valor de 12.000 millones de dólares, y el 92 % de sus productos agrícolas llegaron a África y Asia. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la guerra que Rusia ha elegido hacer ha contaminado más del 12 % (en inglés) de las tierras agrícolas de Ucrania con minas terrestres. Las zonas con mayor producción de trigo en el sur de Ucrania, como en la región de Jersón, también son las más devastadas por la guerra de Rusia, sobre todo tras la ruptura y desborde de la presa Nova Kakhovka (en inglés) el 6 de junio de 2023. En 2021, los agricultores de Ucrania sembraron más de 16 millones de hectáreas (más de 40 millones de acres, en inglés). En 2022, la tierra sembrada con granos se redujo a 11,6 millones de hectáreas (28,6 millones de acres), lo que implica una reducción de al menos el 28,5 % en los terrenos sembrados, una superficie casi tan grande como Bélgica. Se espera que la superficie sembrada se reduzca aún más, a 10,2 millones de hectáreas (25,2 millones de acres) en 2023. Al continuar la guerra que ha elegido hacer, suspender la Iniciativa de Granos del Mar Negro, bloquear los puertos de Ucrania y colocar minas terrestres en terrenos agrícolas de Ucrania, el Kremlin está tratando activamente de menoscabar la participación de Ucrania en el mercado mundial de alimentos. Al eliminar a su competidor más directo, Rusia se posiciona como la principal alternativa.
Mito número cuatro: “Rusia es el benefactor magnánimo y garante de alimentos para los más necesitados del mundo”.
Cuando Putin expuso su visión de la cooperación entre Rusia y África en la cumbre Rusia-África del 2023 de julio, presentó a Rusia como un benefactor magnánimo de los sectores más necesitados del mundo. Prometió “en los tres a cuatro meses siguientes proporcionar a Burkina Faso, Zimbabue, Malí, Somalia, la República Centroafricana y Eritrea de 25.000 a 50.000 toneladas de grano gratuitamente”.
Toda contribución que sirva para mitigar la inseguridad alimentaria mundial es sin duda positiva, pero es preciso que pongamos en contexto la supuesta magnanimidad de Putin. Un volumen de 25.000 toneladas es el 0,03 % de la cosecha total de Rusia de 2022 (en inglés), de 137 millones de toneladas (en inglés) (e incluso menos de los 156 millones -en inglés-, de toneladas de granos que Putin afirma que se cosecharon). Si Rusia cumple con su promesa de proporcionar 50.000 toneladas de grano a cada uno de esos países, o 300.000 toneladas totales de grano, eso representaría el 0,2 % (en inglés) de la cosecha total rusa. Un volumen de 300.000 toneladas representa menos del uno por ciento del volumen total exportado en el marco de la BSGI, y menos de la mitad de las 725.000 toneladas que Ucrania proporcionó al PMA a través de la BSGI.
Como dato de contexto, Estados Unidos ha proporcionado más de 14.500 millones de dólares (en inglés) desde junio de 2022 para abordar la inseguridad alimentaria y la asistencia humanitaria. Estados Unidos sigue siendo el principal otorgante individual a los esfuerzos orientados a abordar las necesidades agudas de mediano a largo plazo de seguridad alimentaria en el continente africano. A su vez, conforme lo anunció el 3 de agosto el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, este año se proporcionarán otros 362 millones de dólares en asistencia (en inglés) destinada a Haití y 11 países africanos que atraviesan una situación de inseguridad alimentaria severa, exacerbada por la guerra de Rusia contra Ucrania y la salida de Rusia de la BSGI. En julio de 2022, Estados Unidos proporcionó 476 millones de dólares (en inglés) en asistencia urgente a Somalia para contribuir a evitar una declaración de hambruna. Estados Unidos es además el mayor donante del mundo al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, y contribuyó con el 50 % (en inglés) del presupuesto del PMA en 2022, más de 7.200 millones de dólares. Basta con mirar las propias contribuciones de Rusia al PMA para apreciar lo poco que le importa al Kremlin la inseguridad alimentaria mundial. Al mes de julio de 2023, Rusia es el 34.º mayor contribuyente (en inglés) al Programa Mundial de Alimentos, detrás de Estados Unidos (el 1.º), la mayoría de los demás estados de Europa, varios países asiáticos y los países de Honduras, Sudán del Sur, Guinea y Guinea-Bissau, entre otros. En 2022, las contribuciones de Rusia sumaron apenas el 0,2 % (en inglés) de la ayuda humanitaria del PMA, a pesar de haber obtenido cosechas y beneficios de exportación sin precedentes.
Como señaló (en inglés) el secretario general de la ONU, Guterres, en reacción al ofrecimiento “magnánimo” de Putin, “un puñado de donaciones a algunos países” (en inglés) no pueden reemplazar los millones y millones de toneladas de exportaciones de granos a través de la BSGI que ayudaron a estabilizar los precios de los alimentos en todo el mundo.
Mito número cinco: “El corredor de seguridad de la BSGI permitió encubrir la actividad militar de Ucrania”.
Los funcionarios del Kremlin y sus propagandistas difunden la desinformación tratando de justificar ataques contra infraestructura portuaria, instalaciones de almacenaje de granos y buques mercantes ucranianos que transportan granos, afirmando que estas instalaciones civiles tienen fines militares. Tras su salida de la BSGI, Rusia intensificó (en inglés) los ataques a las exportaciones y la infraestructura de alimentos de Ucrania. Los funcionarios rusos y el ecosistema de desinformación y propaganda del Kremlin amplificaron (en ruso) los comentarios (en inglés) vertidos el 17 de julio por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov (en inglés) con respecto a la BSGI, en el sentido de que Kiev “utilizó el acuerdo con fines militares” (en inglés). El presidente de la Duma Estatal de Rusia, Vyacheslav Volodin, hizo eco (en ruso) de esto y señaló (en ruso) que no se puede descartar que el ataque terrorista al puente de Crimea se haya perpetrado bajo el pretexto del corredor de seguridad de granos. El canal pro Kremlin Telegram Readovka también especuló (en ruso) que “los drones marítimos responsables del ataque al puente” podrían haber sido desplegados desde el “último buque en salir del puerto de Odesa bajo el acuerdo de granos, como el buque turco Samsun”. El 20 de julio, el Ministerio de Defensa de Rusia manifestó (en ruso) que ahora considera que todos los buques que navegan hacia puertos de Ucrania en el mar Negro son posibles transportistas de cargamentos militares. Mientras tanto, Rusia siguió atacando puertos de Ucrania y otras infraestructuras civiles en Odesa y otros lugares.
Los ataques con drones y misiles de Rusia han destruido grandes reservas de granos (en inglés) que podrían haber alimentado a millones de personas. Rusia continúa llevando a cabo ataques con misiles (en inglés) dirigidos tanto a puertos de Ucrania como a infraestructura de granos. Rusia está intentando bloquear (en inglés) los puertos ucranianos del mar Negro, responsables de la exportación del 95 % del grano de Ucrania. Un ataque perpetrado contra una instalación portuaria de Odesa el 20 de julio destruyó 60.000 toneladas de grano (en inglés), que serían suficientes para alimentar a 270.000 personas durante un año (en inglés), según el PMA. Los medios de comunicación estatales rusos afirman falsamente que estas instalaciones almacenan programas de computadora (hardware) militar extranjero; sin embargo, las evidencias en vídeo muestran que de los silos destrozados se vuelcan granos (en inglés) y no armas ni municiones. Los ataques del 26 de julio de Rusia en Chornomorsk, un puerto que facilita casi el 70 % (en inglés) de las exportaciones ucranianas de trigo a países en desarrollo, provocaron daños que los expertos calculan que se tardará al menos un año en reparar (en inglés).
Además del bombardeo de Odesa, Mykolaiv y Chornomorsk (en inglés), Rusia comenzó a atacar puertos ucranianos en el río Danubio, además de buques civiles, instalaciones de almacenaje e infraestructura. Según funcionarios ucranianos, un ataque perpetrado el 2 de agosto de 2023 contra el puerto de Izmaíl en el río Danubio dañó 40.000 toneladas de grano (en inglés) que se destinaban a países de África, así como a la República Popular China e Israel. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania informó que ataques de Moscú impactaron en 26 instalaciones portuarias, cinco buques civiles y 180.000 toneladas de grano (en inglés) en nueve días de ataques desde que Rusia abandonara la BSGI. A fecha de 3 de agosto de 2023 Rusia había destruido 220.000 toneladas de grano (en inglés) almacenadas en instalaciones portuarias de Ucrania que estaban a la espera de ser transportadas, la mayoría de ellas a los países más pobres del mundo.
Mientras que el Kremlin afirma “hacer todo lo posible para prevenir una crisis alimentaria mundial”, Rusia está preparada para destruir más grano del que está dispuesta a entregar para alimentar a los más vulnerables del mundo.
Mitos del Kremlin en contraste a las realidades globales
Después de su retirada de la BSGI, Moscú distorsiona datos, niega hechos y manipula cálculos en un intento por mostrarse como víctima de sanciones y como benefactor magnánimo en la crisis mundial de seguridad alimentaria que contribuyó a exacerbar. El presidente Putin y funcionarios del Kremlin restan importancia al grano procedente de Ucrania (en inglés) para el abastecimiento mundial de alimentos y destruyen activamente (en inglés) la capacidad de Ucrania de exportar granos que podrían alimentar a millones de (en inglés) personas a nivel mundial. En verdad, Rusia es el único agresor e intenta bloquear el acceso vital de granos a las personas más necesitadas (en inglés) del mundo, cuya exportación había sido coordinada eficazmente a través de la Iniciativa de Granos del Mar Negro y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU antes de la insensible retirada de la Iniciativa por parte de Rusia.
Las distorsiones de datos y los cálculos engañosos que realiza el Kremlin no pueden ocultar los hechos. El Kremlin inició una invasión a plena escala injustificada y no provocada contra Ucrania. El Kremlin sigue bloqueando puertos de Ucrania y poniendo en peligro a buques civiles que transportan alimentos. Los ataques con misiles del Kremlin han destruido silos de grano y centros de transporte de Ucrania. La retirada de Moscú incrementa los precios del grano de Rusia y contribuye a colmar las arcas de guerra del Kremlin a expensas de los más vulnerables del mundo. Rusia obtendrá un lucro significativo de este aumento en los precios de los alimentos y de su cosecha extraordinaria, mientras que intenta acabar con su principal competidor y hacer que el mundo se olvide de la contribución vital que realiza Ucrania para alimentar al mundo.
El Kremlin está utilizando el hambre como arma. Putin afirma falsamente que “resuelve” un problema que él mismo exacerbó con su invasión a plena escala no provocada e injustificada de Ucrania y al atacar depósitos de abastecimiento de granos y centros de transporte de Ucrania. En la década de 1930, Stalin recurrió al uso del hambre como arma contra Ucrania, y provocó la muerte de millones de ucranianos (en inglés). Casi un siglo después, otro cruel ocupante del Kremlin está utilizando el hambre como arma contra el mundo.
Conforme lo expresó el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en su llamamiento (en inglés) al Consejo de Seguridad de la ONU el 3 de agosto de 2023: “Todos los miembros de este Consejo, todos los miembros de las Naciones Unidas, deberían decirle a Moscú: Basta ya. Basta ya de utilizar el mar Negro como chantaje; basta ya de utilizar a las personas más vulnerables del mundo. Basta de esta guerra injustificada e inadmisible”. Rusia decidió iniciar la guerra que exacerbó esta crisis alimentaria mundial. Y Rusia puede optar por ponerle fin.
Para ver el texto original, ir a: https://www.state.gov/russias-war-on-ukraines-grain-and-global-food-supply-in-five-myths/
Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.