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La guerra no provocada e injustificable* del Kremlin contra Ucrania ha dañado gravemente la economía ucraniana y exacerbado la inseguridad alimentaria mundial, especialmente en los países en desarrollo. Ucrania ha sido durante mucho tiempo el “granero de Europa“, alimentando a millones de personas en todo el mundo. En 2021 era uno de los principales proveedores de cereales de decenas de países africanos y de Oriente Medio, pero tras ser invadido a plena escala por Rusia en 2022, este país bloqueó las rutas comerciales ucranianas a través del mar Negro, minó los campos agrícolas ucranianos, quemó cosechas, destruyó las reservas ucranianas de alimentos, creó escasez de mano de obra y atacó buques mercantes y puertos. Rusia también está robando el grano de Ucrania para su propio beneficio, según las autoridades ucranianas, los informes de los medios de comunicación y los propios representantes del Kremlin en las zonas ocupadas de Ucrania. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)*, la guerra del Kremlin contra Ucrania “interrumpió la producción agrícola y el comercio en la región del Mar Negro, provocando un pico sin precedentes en los precios internacionales de los alimentos en la primera mitad de 2022”.

En julio de 2022, las Naciones Unidas y Turquía negociaron la Iniciativa de Granos del Mar Negro (BSGI) para aliviar la crisis alimentaria mundial exacerbada por el Kremlin, permitiendo “la navegación segura para la exportación de granos y productos alimenticios y fertilizantes relacionados” desde varios puertos ucranianos. La BSGI ha sido fundamental para reducir la inflación de los precios mundiales de los alimentos y hacer llegar los cereales que se necesitan urgentemente a poblaciones de todo el mundo. Rusia utilizó falsos pretextos para suspender temporalmente su participación en la BSGI en octubre de 2022, y ha amenazado con volver a hacerlo en julio. Si Rusia volviera a suspender o dejara de participar en la BSGI, los más necesitados del mundo serían los más perjudicados. Instamos a Rusia a seguir participando en la BSGI y a poner fin a su guerra ilegal en Ucrania para permitir la vuelta a la normalidad de la producción y el comercio agrícolas así como una mejora inmediata y significativa de la seguridad alimentaria mundial.

El Kremlin ha empeorado la crisis alimentaria y quiere beneficiarse económicamente de esta

El Kremlin está utilizando como arma la seguridad alimentaria mundial para sacar provecho de la crisis alimentaria que ellos mismos agravaron. Moscú trata regularmente de echar la culpa a otros, alegando falsamente que las sanciones* impuestas por la comunidad internacional a Rusia en respuesta a su guerra contra Ucrania aumentan la inseguridad alimentaria mundial e impiden las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes. El hecho es que Estados Unidos y sus socios y aliados que imponen sanciones a Rusia han tomado medidas para excluir el comercio agrícola de nuestras sanciones. De hecho, las sanciones estadounidenses autorizan específicamente las transacciones de productos agrícolas y fertilizantes. La Unión Europea y el Reino Unido también han tomado medidas para proteger los alimentos y los productos agrícolas. Mientras tanto, Rusia está restringiendo sus propias exportaciones, tratando de maximizar sus beneficios a expensas de las poblaciones vulnerables de todo el mundo. Moscú también ha impuesto cuotas de exportación a determinados fertilizantes, y recientemente las ha ampliado hasta mayo de 2023. Rusia está cosechando beneficios récord de la exportación de productos agrícolas, en gran parte como resultado de los elevados precios mundiales de los productos básicos causados por la guerra que Rusia inició. Los ingresos de Rusia por fertilizantes “se dispararon” el año pasado y sus exportaciones de trigo “rozaron máximos históricos” en diciembre. Rusia debe dejar de sacar provecho de su guerra y de utilizar los alimentos como arma de guerra contra Ucrania, perjudicando a personas que pasan hambre en todo el mundo.

Graph 1 shows that global fertilizer imports from Russian Federation have grown steadily since September 2020 to July 2022.
El gráfico 1 muestra que las importaciones mundiales de fertilizantes procedentes de la Federación Rusa han incrementado constantemente desde septiembre de 2020 hasta julio de 2022.

Fuente: MERCADOS Y POLÍTICAS MUNDIALES SOBRE FERTILIZANTES: EJERCICIO DE MAPEO CONJUNTO DE LA FAO Y LA OMC

Desinformación contra la Iniciativa de Granos del Mar Negro (BSGI)

Al tiempo que obtiene beneficios récord, Rusia también parece estar saboteando la BSGI con un comportamiento irresponsable y una brutalidad que podría cortar un suministro vital de grano ucraniano al mundo justo antes de que comience la cosecha de verano. El Kremlin utiliza la desinformación para desacreditar y socavar la BSGI. El presidente Putin ha difundido mentiras sobre la geografía de la distribución de los envíos en el marco de la BSGI para acusar falsamente a Occidente de “engañar” al mundo en desarrollo supuestamente enviando “casi todo el grano exportado desde Ucrania” a la Unión Europea. En septiembre de 2022, Putin afirmó que sólo dos de los 87 barcos procedentes de Ucrania habían navegado hacia países en desarrollo. Citando datos de la ONU, el diario The Guardian informó de que “la afirmación de Putin era falsa por un factor de al menos 10”. Según la publicación The Economist, “casi la mitad de las exportaciones [de grano ucraniano] han ido a parar a países de medianos o bajos ingresos en África y Asia”. Los países en desarrollo reciben aproximadamente el 65 por ciento del trigo ucraniano, mientras que los “países más pobres, menos desarrollados”, reciben aproximadamente el 19 por ciento. Gran parte de la cosecha ucraniana enviada a Turquía, el 18 por ciento de las exportaciones totales a fecha de septiembre de 2022, se procesa de nuevo y exporta como harina a países de África y Oriente Medio.

En el gráfico 2, la figura 1 muestra que los países en desarrollo recibieron la mayor parte de las exportaciones de alimentos; la figura 2 muestra que el maíz y el trigo constituyen la mayor parte de las exportaciones de alimentos.
En el gráfico 2, la figura 3 muestra que el maíz llega a los países en desarrollo y desarrollados casi por igual; la figura 4 muestra que los países en desarrollo se benefician de la mayor parte de las exportaciones de trigo.

Fuente: Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

La BSGI también permite al Programa Mundial de Alimentos (PMA) suministrar ayuda alimentaria humanitaria al Cuerno de África, Yemen y Afganistán. Contrariamente a la desinformación de Rusia, la BSGI está ayudando a las personas necesitadas mediante la entrega directa de cereales que necesitan desesperadamente los países con menores ingresos, y mediante la reducción de los precios de los alimentos a nivel mundial. Al obstaculizar la BSGI, aumentando el coste de los alimentos en todo el mundo, es la población de los países que desean importar el grano la que pagará el precio, mientras Rusia extrae el máximo beneficio. Las mentiras del Kremlin no pueden ocultar la verdad ni encubrir las pruebas respaldadas por datos que demuestran que Rusia está perjudicando la seguridad alimentaria mundial al restringir el suministro y, de este modo, mantener altos los precios para que Moscú pueda obtener beneficios récord de la guerra que inició.

“Esperar que haya una hambruna”

Altos cargos del Kremlin y propagandistas pagados por el Estado instan abiertamente al Gobierno a convertir el hambre en un arma. En abril de 2022, el expresidente de Rusia y vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvédev, amenazó con utilizar los suministros de alimentos de Rusia, a los que llamó “nuestra silenciosa” pero “formidable arma”, para influir en la seguridad alimentaria mundial.

Margarita Simonyan*, redactora jefe de los medios de propaganda estatales rusos RT y Rossiya Segodnya, en una entrevista con el presidente Putin el 17 de junio de 2022, citó lo que llamó una “broma cínica” sobre la “esperanza de una hambruna [mundial]”. Simonyan explicó que “gente diferente” espera que haya hambruna porque “hará entrar en razón [a Occidente]”, lo que conducirá a la retirada de las sanciones y a una amistad con Rusia. Esto sucederá, insinuó Simonyan, porque la capacidad de Rusia para provocar hambrunas obligará a Occidente a darse cuenta de que es “imposible” no ser amigo de Rusia. Las declaraciones públicas de Medvédev y Simonyan sobre las intenciones del Kremlin de convertir en arma la inseguridad alimentaria mundial para chantajear a Ucrania y a sus partidarios encajan en el patrón de larga data de la retórica y las amenazas deshumanizadoras del Kremlin.

Estados Unidos ayuda a abordar la inseguridad alimentaria

Estados Unidos ha trabajado durante mucho tiempo para reducir el hambre en todo el mundo y se ha comprometido a mitigar el impacto perjudicial de la guerra de Rusia en la seguridad alimentaria mundial. Estados Unidos aportó 13.500 millones de dólares en 2022 a los esfuerzos de seguridad alimentaria, incluso de ayuda humanitaria y desarrollo. Estados Unidos es históricamente el mayor donante del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Solo en 2022, Estados Unidos destinó más de 7.200 millones de dólares, la mitad de toda la financiación, al PMA ayudando a proporcionar alimentos a 140 millones de personas en todo el mundo.

Estados Unidos también está ampliando su trabajo de larga data con países de todo el mundo para hacer que los sistemas alimentarios mundiales sean más resilientes a los cambios climáticos y los entornos políticos así como para mejorar las cadenas de suministro para llevar alimentos y productos agrícolas donde más se necesitan. El proyecto “Visión para cosechas y suelos adaptados” (Vision for Adapted Crops and Soils, VACS), que forma parte de la iniciativa de seguridad alimentaria mundial del gobierno estadounidense Alimentar el Futuro (Feed the Future), ayudará a África a lograr un futuro con mayor seguridad alimentaria identificando los cultivos más nutritivos de África y examinando cómo responden a los fenómenos climáticos extremos para proporcionar a los responsables africanos de elaborar políticas información que pueda impulsar la investigación y la inversión para la adaptación de los cultivos. Alimentar el Futuro, aborda las causas profundas del hambre y la pobreza proporcionando a la población de 20 países de África, Asia, América Latina y el Caribe los conocimientos y las herramientas que necesitan para alimentarse.

Rusia debe dejar de obstruir la BSGI

La guerra de Rusia contra Ucrania ha agravado la crisis alimentaria mundial. El gobierno ruso intenta desviar la responsabilidad de sus acciones culpando falsamente a otros del empeoramiento de la crisis del sistema alimentario mundial.

La guerra no provocada de Putin contra Ucrania ha desencadenado efectos catastróficos en Ucrania, sus vecinos y poblaciones de todo el mundo. El Kremlin ha sembrado la muerte y la destrucción, matando e hiriendo a miles de civiles, desplazando internamente a millones de personas, convirtiendo en refugiados a millones más y dañando masivamente las infraestructuras civiles y las tierras agrícolas productoras de alimentos.

El Kremlin utiliza el hambre como arma y difunde desinformación, intentando engañar a la comunidad internacional sobre las causas de la crisis alimentaria y socavar el BSGI, que ha sido fundamental para paliar las devastadoras consecuencias de la guerra de Putin contra Ucrania. El Kremlin miente para ocultar que utiliza el chantaje para sacar aún más dinero de la guerra que inició, a expensas de las poblaciones más vulnerables del planeta.

La BSGI ha sido fundamental para distribuir alimentos a personas necesitadas en todo el mundo así como para reducir los precios mundiales de los alimentos, y debe ampliarse y extenderse. Cualquier interrupción de la BSGI puede provocar una nueva subida de los precios mundiales de los alimentos, además de mermar la confianza de las aseguradoras y los transportistas comerciales, así como crear una mayor incertidumbre entre agricultores y consumidores de todo el mundo. La interrupción del acuerdo sobre los cereales impondría nuevas dificultades a los países de bajos ingresos, que ya sufren catástrofes humanitarias terribles. Rusia inició esta guerra contra Ucrania y está utilizando los alimentos como arma. Rusia puede y debe poner fin a sus acciones desmedidas e insensibles que causan graves daños al pueblo de Ucrania y a poblaciones vulnerables de todo el mundo.

*Informe disponible en español

U.S. Department of State

The Lessons of 1989: Freedom and Our Future