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Departamento de Estado de Estados Unidos
Oficina del Portavoz
Declaraciones
23 de septiembre de 2021

Hotel Palace
Ciudad de Nueva York, Nueva York

SECRETARIO BLINKEN: Buenas noches a todos. Hemos tenido, y creo que puedo decirlo sin equivocarme, unos días ocupados aquí en la Asamblea General de la ONU.

De hecho, esta semana marcó la primera Asamblea General de la ONU desde que el presidente Biden asumió el cargo, y creo que se puso de manifiesto el enfoque que Estados Unidos, bajo su liderazgo, está aportando en su compromiso en y con el resto del mundo.

Estamos firmemente convencidos de que el hecho de que Estados Unidos se presente, escuche y lidere marca una diferencia; nos brinda una plataforma única para reunirnos con otros países a fin de hacer frente a los grandes desafíos de nuestro tiempo. Nos permite fortalecer las reglas e instituciones que contribuyen a defender nuestros valores y promover nuestros intereses desde hace muchos años. Todo ello, en última instancia, es crucial y se reduce a tratar de cumplir las obligaciones con el pueblo estadounidense, lo cual es el principio que impulsa nuestra política exterior.

Es de especial importancia que nos presentemos cuando algunos están tratando de cambiar las reglas y principios que se encuentran en el núcleo de las Naciones Unidas y con los que todos los Estados miembros se han comprometido, entre ellos los países más poderosos. Acordaron el reconocimiento común de que, en última instancia, esto serviría no solo a los intereses de la humanidad, sino también a los suyos propios, lo cual sigue siendo cierto en la actualidad.

También estuvieron de acuerdo en que avanzar los derechos humanos y la dignidad era una parte fundamental de esta empresa, y que estos derechos son universales, no valores subjetivos que varían de una sociedad a otra. Y rechazaron la afirmación que a veces escuchamos hoy de que la forma en que los gobiernos tratan a las personas dentro de sus fronteras es asunto suyo.

Eso no significa que cuando participamos siempre estemos de acuerdo, especialmente en un foro tan grande como las Naciones Unidas. Pero participamos porque reconocemos que, como dijo el presidente Biden, existe una verdad fundamental en el siglo XXI: que nuestro propio éxito está vinculado también al éxito de los demás. Para cumplir lo prometido a nuestro pueblo, y para hacer frente a los desafíos verdaderamente globales de nuestro tiempo, sencillamente tenemos que trabajar junto con otros países.

Por eso han visto que Estados Unidos está haciendo un esfuerzo tan decidido para revitalizar las alianzas y asociaciones. Hemos reafirmado nuestro compromiso inquebrantable con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y, en particular, con el artículo 5, así como con la defensa de nuestros aliados en Asia oriental. Estamos renovando, ampliando y profundizando el compromiso con la Unión Europea y fortaleciendo la asociación cuadrilateral “Quad”. Estamos volviendo a participar con las instituciones regionales, desde la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) hasta la Unión Africana y la Organización de los Estados Americanos.

Y, por supuesto, estamos revitalizando nuestro compromiso aquí en la ONU. Nos hemos reincorporado a las Organización Mundial de la Salud y al Acuerdo Climático de París, hemos solicitado formar parte del Consejo de Derechos Humanos, y hemos vuelto a comprometernos el Fondo de Población de las Naciones Unidas y Grupo Central LGBTI de la ONU.

Estamos decididos a participar, y lo estamos haciendo.

Es por eso que han visto participar a nuestro equipo en lo que el presidente Biden llamó “diplomacia implacable” esta semana. Creo que al final del día me habré reunido con más de 60 países en agrupaciones bilaterales, regionales o multilaterales, entre ellos el G20, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (5P), la ASEAN, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), la Quinta Comisión y mis homólogos de América Central y México.

Y en todos estos compromisos diplomáticos de esta semana, dos desafíos se destacaron por encima del resto.

El primero es COVID-19.

En la cumbre convocada ayer por el presidente, este anunció nuevos compromisos de Estados Unidos para acabar con esta pandemia, incluida la compra de 500 millones de dosis adicionales de la vacuna de Pfizer. Eso eleva a más de 1.100 millones la cantidad de dosis seguras y eficaces que Estados Unidos donará sin ningún compromiso. También estamos empeñados en lograr que la comunidad internacional trabaje unida en pos de tres objetivos de importancia crítica.

En primer lugar, tenemos que vacunar a miles de millones de personas más lo más rápido que podamos, y vacunar completamente al menos al 70 por ciento de la población de todos los países y todos los niveles de ingresos para finales del próximo año, 2022.

En segundo lugar, tenemos que adoptar ya mismo medidas audaces para salvar vidas, desde ampliar el acceso de los enfermos al oxígeno y tratamientos para los enfermos, hasta resolver las enormes carencias en materia de capacidad de las pruebas.

Y en tercer lugar tenemos que reconstruir mejor en cuanto a la seguridad sanitaria mundial para poner fin a esta pandemia y estar mejor preparados para prevenir, detectar y derrotar a la próxima.

Por consiguiente, el mensaje que hemos estado enviando es claro: no es suficiente decir que lo haremos mejor. Nuestra salud, nuestras economías y nuestra seguridad exigen que cumplamos nuestros compromisos y tracemos la vía para poner fin a esta pandemia de una vez por todas.

Aprovecharemos todas las oportunidades para avanzar hacia esa meta, incluida la próxima reunión del G20, y rendiremos cuentas ante nosotros mismos y ante la comunidad internacional de estos compromisos que adoptamos en la cumbre. Para mantener el impulso, y siguiendo las instrucciones del presidente, convocaré a los ministros de Relaciones Exteriores para una reunión sobre COVID-19 antes de fin de año. El propio presidente recibirá a los jefes de Estado para tratar sobre la pandemia a principios del próximo año, 2022.

El segundo gran desafío es la crisis climática. Estamos a solo unas semanas de la vigesimosexta Conferencia de las Partes (COP26). Si queremos evitar consecuencias catastróficas y alcanzar el objetivo esencial de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, cada país debe participar con las máximas aspiraciones posibles. Y tenemos un largo camino por recorrer.

Tuve la oportunidad de participar esta mañana en el Consejo de Seguridad en una sesión sobre clima y seguridad centrada en el reconocimiento del profundo impacto que esta crisis está teniendo en la paz y la seguridad internacionales. En lo relativo al clima, al igual que en lo que respecta a la pandemia, seguimos liderando con el poder de nuestro ejemplo, como puso de manifiesto el compromiso adoptado por el presidente Biden en la Asamblea General de trabajar con nuestro Congreso para duplicar, a partir de unos niveles que ya había duplicado en abril, la financiación pública internacional que destinamos a los países más afectados por el cambio climático, a fin de ayudarlos a aumentar su resiliencia y adaptarse.

Sin embargo, cuando se trata tanto de la pandemia como del clima, la respuesta internacional no es todo lo enérgica que debería. Esta semana hemos trabajado con ahínco para hacer hincapié en eso, y lo seguiremos haciendo en los días y semanas venideros.

Ahora bien, algunos podrían sentirse tentados a culpar de ello a las Naciones Unidas y otros órganos multilaterales. Pero como dijo una vez Richard Holbrooke, culpar a la ONU por los problemas del mundo es como culpar al Madison Square Garden cuando los Knicks no juegan bien. Para que la comunidad internacional esté a la altura de los retos de nuestra época, ya sea COVID, ya sea el clima, ya sea cualquiera de los numerosos desafíos sobre los que discutimos aquí esta semana, en última instancia siempre es necesario que gobiernos como el nuestro den un paso al frente y convoquen a otros en ese empeño. Por eso, repito, es tan importante que Estados Unidos esté presente, se involucre y lidere.

En el transcurso de la semana, por supuesto, hemos tenido la oportunidad de involucrarnos en muchos otros temas de fundamental importancia: Libia, Birmania, el programa nuclear de Irán, la República Popular Democrática de Corea, Siria, Etiopía, la migración regional. La lista continúa.

Cabe señalar que la Semana de Alto Nivel de las Naciones Unidas exige una enorme cantidad de trabajo a cada parte del Departamento de Estado. Cada reunión, cada declaración, cada sesión informativa debe planificarse, analizarse y ejecutarse, por no mencionar la estrecha coordinación que se requiere con otras partes del Gobierno de Estados Unidos involucradas en el esfuerzo. Al concluir mi intervención aquí, debo decir que nuestro equipo ha cumplido sistemáticamente, y que se lo agradezco. Quiero agradecer a todos los miembros de nuestro equipo por todo lo que hicieron para que esta semana fuera eficaz y por su servicio diario a nuestros conciudadanos.

Antes de terminar, permítanme agregar algunas palabras sobre Afganistán en particular.

Este fue el tema central de las discusiones de anoche con el G20 en el Consejo de Seguridad, así como en una serie de reuniones bilaterales y multilaterales. A lo largo de esas reuniones, subrayamos lo fundamental que es que la comunidad internacional permanezca unida en su enfoque. Los talibanes siguen buscando legitimidad y apoyo internacional.

Nuestro mensaje a la comunidad internacional es que cualquier legitimidad o apoyo que se brinden a los talibanes dependerá de que cumplan los compromisos que han asumido en ámbitos clave, todos los cuales están consagrados en una resolución reciente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Permitir que los extranjeros y los afganos viajen fuera del país, si así lo desean.

Impedir que los grupos terroristas utilicen Afganistán como base para operaciones externas que amenacen a otros países.

Respetar los derechos humanos básicos, en particular de las mujeres, los niños y los miembros de grupos minoritarios, y abstenerse de tomar represalias.

Permitir el acceso humanitario sin obstáculos.

Y formar un gobierno genuinamente inclusivo que satisfaga las necesidades básicas y refleje las aspiraciones del pueblo afgano.

No deben considerarlo como un favor para la comunidad internacional. Es un requisito básico para lograr un Afganistán estable y seguro. Y mientras exigimos a los talibanes que cumplan estos compromisos, seguimos trabajando con otros gobiernos, con instituciones financieras y con organizaciones no gubernamentales para facilitar el flujo de asistencia humanitaria a los afganos cuyas vidas dependen de ella.

Por tanto, aunque la Semana de Alto Nivel esté llegando a su fin, la diplomacia implacable de la que habló el presidente aquí en la ONU continúa en todo el mundo. Y continuará a diario.

Un último comentario: hoy tuve la oportunidad de reunirme con mi homólogo francés, Jean-Yves Le Drian. Esta semana ya nos habíamos encontrado en varias reuniones: los 5P, el G20, la reunión que organizó con sus homólogos alemanes e italianos sobre Libia. Nuestra reunión de hoy continuó la conversación de ayer entre el presidente Biden y el presidente Macron, en la que estuvieron de acuerdo en que el anuncio del 15 de septiembre se habría beneficiado de consultas abiertas entre los aliados, por lo que decidieron un proceso de consultas en profundidad en el futuro. Somos conscientes de que esto requerirá tiempo y mucho trabajo, y que se demostrará no solo con palabras sino con hechos. Estoy decidido a trabajar en estrecha colaboración con el ministro Le Drian en este esfuerzo crucial.

Como nota personal, solo agregaría que somos amigos desde hace mucho: es alguien a quien tengo en gran, gran estima.

Con eso doy por finalizada mi intervención. Estaré encantado de responder a sus preguntas.

  1. PRICE: Comenzaremos con Kylie Atwood, de CNN.

PREGUNTA: Hola.

SECRETARIO BLINKEN: Hola, Kylie.

PREGUNTA: Muchas gracias por responder, señor secretario. Quiero comenzar con una pregunta sobre Haití. El enviado especial para Haití, Daniel Foote, renunció esta mañana o esta semana, y calificó de “inhumana” la “decisión de la administración Biden de deportar […] refugiados haitianos” y de “profundamente defectuosas” las políticas estadounidenses hacia Haití. Me pregunto si habló con él antes de aceptar su renuncia, y si considera humano deportar a los migrantes haitianos, teniendo en cuenta que las familias que vienen a Estados Unidos en busca de asilo deberían tener un fundamento jurídico para quedarse aquí en Estados Unidos.

Y luego tengo una segunda pregunta, más amplia que la primera: recientemente ha habido una enorme cantidad de críticas a la forma en que la administración Biden ha gestionado múltiples cuestiones de política exterior: la caótica retirada de Afganistán; este nuevo acuerdo de seguridad entre Australia, Estados Unidos y el Reino Unido que enfureció a los franceses; la crisis fronteriza; los refugiados de Haití; la paralización de las conversaciones sobre el acuerdo con Irán. Parece que la administración ha manejado mal muchos de estos problemas. ¿Qué puede decir usted a eso?

SECRETARIO BLINKEN: Gracias, Kylie. Para comenzar con Haití, primero permítanme decir lo siguiente: quiero agradecer a Dan Foote por su servicio, su prolongado servicio. Han oído hablar de los desacuerdos que tuvo con la administración sobre la política relativa a Haití, pero debo decir que aprecio la pasión que aportó al puesto, la pasión que aportó a su trabajo. Creo que en realidad estamos de acuerdo en la necesidad fundamental de ayudar al pueblo haitiano a apuntalar la democracia en Haití.

El hecho es que se han celebrado múltiples conversaciones de alto nivel sobre Haití en las que se consideraron plenamente todas las propuestas, incluidas las presentadas por el enviado especial Foote, en un proceso riguroso y transparente. Y, en última instancia, el papel del Gabinete del presidente, el papel de sus asesores, es brindarle el mejor consejo posible. No desechamos las ideas, sino que las examinamos y las consideramos. Pero tenemos un proceso para la elaboración de políticas, el cual en nuestro caso es muy inclusivo, pero está diseñado en última instancia para decidir qué ideas resultarían eficaces para avanzar en nuestra agenda de recomendaciones al presidente, y el presidente decide según proceda.

Durante ese proceso inevitablemente surgen desacuerdos. Los participantes aportan opiniones muy firmes sobre prácticamente todos los temas que tratamos, y especialmente cuando se trata de un tema que genera verdaderas pasiones, como el de Haití. Es inevitable que el grado de desesperación de los migrantes nos afecte mucho a todos. Realmente entiendo las pasiones que esto genera, y comprendo la pasión de Dan.

Pero también es por esa razón que, tanto en el plano personal como en el institucional, tenemos el firme compromiso de hacer todo lo posible para ayudar al pueblo de Haití ahora y en el futuro. Tenemos una embajadora extraordinaria en Puerto Príncipe, Michele Sison. También me alegra decir que se acaba de nombrar a un nuevo secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, quien viajará a Haití y, junto con la embajadora Sison, liderará nuestros esfuerzos, con el apoyo de la notable labor de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y de la administradora Power y su equipo.

Por tanto, nuestros esfuerzos se centran en gran medida en este ámbito. Yo diría, además, y obviamente me remito a otros compañeros, entre ellos los del Departamento de Seguridad Nacional, en lo relativo a algunas de estas preguntas, que uno de los hechos muy desafortunados que hemos visto es que, de diversas formas y en diversos lugares, algunas personas están informando incorrectamente a los haitianos, tanto residentes en Haití como en otros países, que pueden venir a Estados Unidos y quedarse en virtud del estatus de protección temporal otorgado a los haitianos que ya estaban aquí hace unos meses.

Esta información errónea de que pueden venir y quedarse es muy, muy desafortunada porque por su causa las personas hacen viajes muy peligrosos, se ponen en riesgo y se exponen más a COVID-19. De modo que estamos trabajando arduamente no solo para cuidar a los haitianos, sino también para que entiendan que no deben hacer eso.

En cuanto a la segunda y más amplia pregunta, mire, podríamos estar horas hablando de cada una de las cuestiones a las que hizo referencia. Pero lo que escuché aquí esta semana, especialmente a raíz del discurso del presidente, fue una opinión firme por parte de todas las personas con las que he hablado. Estas, de forma casi generalizada, manifestaron apreciar y apoyar la visión que el presidente Biden presentó ante la Asamblea General: un Estados Unidos decidido a trabajar en estrecha colaboración con otros países; un Estados Unidos que entiende que ninguno de nosotros, incluido Estados Unidos, puede, por sí solo, hacer frente a los grandes problemas y desafíos a los que nos enfrentamos, a los que se enfrenta nuestra ciudadanía, los problemas de los que hemos hablado, desde COVID hasta el clima y el impacto disruptivo de las tecnologías emergentes; un Estados Unidos que valora el trabajo conjunto y que valora la diplomacia. Y el hincapié que el presidente ha hecho en la necesidad de lidiar con COVID-19 y con el cambio climático, la atención que ha prestado a estas cuestiones, resonó en toda esta institución, pero también lo hizo su insistencia en el multilateralismo y en defender los derechos humanos y la democracia, recordándonos a todos que en el núcleo de todo este sistema al que nos hemos adherido están las personas, los individuos, no solo los Estados nación.

Como he dicho, podríamos hablar sobre cada una de estas cuestiones, pero debo decirles que lo que he estado escuchando los últimos días sobre el discurso del presidente y la dirección en la que nos está llevando fue extremadamente positivo y en apoyo de Estados Unidos.

PREGUNTA: Señor secretario…

  1. PRICE: Kylie, tenemos que pasar a otra pregunta. Lo siento. Veronique Le Billon.

PREGUNTA: Gracias por tomar mi pregunta. Esta mañana se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores Jean-Yves Le Drian para hablar sobre la crisis. El ministro francés dijo que poner fin a la crisis, cito, llevaría tiempo y requeriría adoptar medidas. ¿Podría ser más concreto? Lo siento. ¿Qué tipo de medidas específicas discutieron? ¿Qué medidas de interés común podrían adoptarse en los próximos meses?

Y también una pregunta sobre la India. El Quad se reúne mañana, y Narendra Modi y Emmanuel Macron hablaron hace unos días y han establecido una alianza, como sabe, bastante amplia. ¿Aprobaría una alianza de los dos países en materia de submarinos nucleares? Muchas gracias.

SECRETARIO BLINKEN: Muchas gracias. Solo un par de cosas. En primer lugar, y en términos generales, como señalé, estamos trabajando, bajo la dirección del presidente Macron y el presidente Biden, en un proceso de consultas en profundidad sobre una serie de cuestiones de cara a profundizar, de manera muy práctica, la cooperación y la coordinación entre nuestros países, las cuales desde hace muchos años y en muchos sentidos ya son notablemente sólidas, pero podemos intensificarlas y mejorarlas.

Considero que acogemos con gran satisfacción el compromiso europeo y el compromiso y el liderazgo franceses en el Indopacífico, y ese es un punto que merece la pena subrayar. Acogemos con gran, gran satisfacción la estrategia de la Unión Europea sobre el Indopacífico que se dio a conocer hace unos días, una estrategia en cuya elaboración Francia ha desempeñado un papel de liderazgo. Presentaremos nuestra propia estrategia revisada en los próximos meses. Se fundamentará en gran medida en lo que la Unión Europea ha hecho con la muy sustancial contribución de Francia. El Indopacífico es una de las áreas en las que procuraremos profundizar nuestra cooperación y colaboración, y podemos hacerlo de muchas formas.

Igualmente, ya estamos colaborando de una forma increíblemente estrecha en el Sahel para luchar juntos contra el terrorismo. Francia también abatió hace unos días a un líder terrorista de alto rango que nos amenazaba a nosotros y a ellos; esa acción fue muy importante y significativa en el marco de la labor que Francia lleva a cabo a diario para proteger nuestra seguridad en el Sahel con el fuerte apoyo y la colaboración de Estados Unidos. Buscaremos formas de colaborar aún más en el Sahel.

Y, por supuesto, hablaremos de seguridad transatlántica y seguridad europea. Apoyamos enormemente las iniciativas con las que Francia está tan comprometida y que ha encabezado para fortalecer la seguridad europea y la capacidad de defensa según proceda, y para aumentar los presupuestos de defensa, todo ello, por supuesto, de conformidad con la OTAN. Pero es perfecto: tanto a Europa como a nosotros nos interesa que se refuercen esas capacidades. Aplaudimos el trabajo y el liderazgo de Francia y del presidente Macron en este esfuerzo. Sin duda hablaremos de todas estas cosas, así como de nuestra colaboración en muchas otras partes del mundo en las que tenemos intereses estrechamente comunes.

No haré ninguna hipótesis concreta sobre el futuro, pero permítanme simplemente decir que tanto Francia como Estados Unidos tienen un gran interés en fortalecer aún más sus respectivas relaciones con la India. Esto es algo que apoyamos decididamente.

  1. PRICE: Shaun Tandon, AFP.

PREGUNTA: Gracias, señor secretario. ¿Puedo preguntarle sobre Irán? Como sabe, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, el Sr. Amirabdollahian, estuvo aquí. Obviamente usted no se reunió con él, pero a partir de la lectura que hacen de él de los líderes europeos que se reunieron con él, ¿cree que existe una vía para reanudar las conversaciones nucleares y revivir el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC)? ¿En qué punto cree que se acabará el tiempo para hacerlo?

Y si pudiera ampliar el comentario que hizo anteriormente sobre Afganistán… Dijo que hicieron un esfuerzo concertado para no legitimar a los talibanes a menos que allí se registren avances. ¿Cree que el mundo está de acuerdo con eso, incluidos países como China, Pakistán y todos los 5P? Muchas gracias.

SECRETARIO BLINKEN: Gracias. Bien, algunos comentarios sobre Irán. Nuestro enviado especial para Irán, Rob Malley, también estuvo aquí toda la semana. Ha tenido unos días muy productivos en Nueva York y está regresando a Washington. Todavía no tenemos un acuerdo por parte de Irán para reanudar las conversaciones en Viena. Estamos totalmente dispuestos a regresar a Viena y continuar las conversaciones; la cuestión es si Irán lo está y, de ser así, cuándo. Hemos sido muy sinceros y firmes en la búsqueda de una vía diplomática significativa para retomar el cumplimiento mutuo del Plan de Acción Integral Conjunto, y también para abordar toda la variedad de preocupaciones que Irán nos suscita a nosotros y a muchos otros países. Seguimos creyendo que nos interesa reanudar el cumplimiento mutuo del acuerdo. Es la mejor opción disponible para restringir el programa nuclear de Irán y disponer de una plataforma que permita abordar sus otras actividades desestabilizadoras.

Pero como he dicho en algunas ocasiones recientemente, esa posibilidad de volver al cumplimiento mutuo no es indefinida. El desafío en este momento es que cada día que pasa Irán sigue llevando a cabo iniciativas que no cumplen el acuerdo, en particular, construyendo mayores reservas de uranio altamente enriquecido al 20 por ciento, incluso al 60 por ciento, y utilizando centrifugadoras más rápidas. En algún momento en el futuro llegaremos a un punto en el que la mera reanudación del cumplimiento mutuo del Plan de Acción Integral Conjunto no recuperará los beneficios del acuerdo porque Irán habrá hecho demasiados progresos en su programa, los cuales no se revertirán simplemente retomando los términos del Plan de Acción.

Nuestros aliados y asociados también lo saben y están de acuerdo. La cuestión es si Irán está dispuesto a retomar estas conversaciones y a participar de manera significativa en ellas. Esperamos una respuesta al respecto.

Lo siento, ¿cuál era la segunda parte de su pregunta?

PREGUNTA: Afganistán (inaudible).

SECRETARIO BLINKEN: Ah, sí. Creo que existe una gran unidad en cuanto al enfoque y los propósitos. Por supuesto, no solo lo digo yo; se refleja en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que se aprobó hace un par de semanas, el 30 de agosto. En ella se establecen claramente las expectativas del Consejo de Seguridad en lo que respecta a la conducta de los talibanes en el futuro: una vez más, en lo relativo a la libertad de desplazamiento; el cumplimiento del compromiso de no permitir que Afganistán se utilice como plataforma de lanzamiento para el terrorismo; la defensa de los derechos básicos, en particular los de las mujeres, las niñas y las minorías; la entrada y, de hecho, la protección de la asistencia humanitaria; y, por supuesto, la gobernanza inclusiva. Todo eso figura en una resolución del Consejo de Seguridad.

Aparte de eso, más de cien países expresaron claramente las mismas expectativas acerca los talibanes, y a partir de prácticamente todas las conversaciones que he tenido, ya sea individualmente o en diferentes grupos de países, entre ellas en el Consejo de Seguridad, creo que la comunidad internacional en general espera que los talibanes cumplan esos compromisos.

Así que ya veremos… La conclusión es la siguiente: los talibanes dicen que buscan legitimidad, que buscan el apoyo de la comunidad internacional, pero lo que definirá su relación con la comunidad internacional serán las acciones que realice. Eso es lo que queremos. Y, repito, no solo nosotros. También el Consejo de Seguridad y los países miembros de todo el mundo.

  1. PRICE: Daremos la palabra a Barbara Usher.

PREGUNTA: Hola, Sr. Blinken, solo algunas preguntas de seguimiento planteadas por algunos de mis compañeros.

En cuanto a la reunión con el ministro francés de Asuntos Exteriores, ¿tiene usted ahora la sensación de que la crisis, si la considera una crisis, ha terminado? ¿Le ofreció disculpas?

En cuanto a Haití, usted afirmó comprender la pasión del Sr. Foote, comprensiblemente, pero el mensaje o la declaración que se emitió parecían sugerir que las propuestas que había hecho no eran buenas, que eran perjudiciales para la promoción de la democracia, y básicamente dijo que había caracterizado incorrectamente las circunstancias de su renuncia. Por eso pensé que en realidad el texto de declaración fue muy brusco. Me pregunto si se lo consideró como una especie de obstáculo o, si, por así decirlo, fue arrojado bajo las ruedas de un autobús. ¿Podría contextualizar un poco esa declaración? Muchas gracias.

SECRETARIO BLINKEN: Permítanme ocuparme primero de la segunda parte de la pregunta.

Mire, como dije hace un momento, el enviado especial Foote ha prestado un servicio extraordinario al país en una gran variedad de funciones. Respeto y admiro mucho la pasión que aportó a este último puesto, pero eso no significa que, por definición, una determinada política o enfoque propuesto por él sea necesariamente correcto, o que el resultado del proceso de elaboración de cada política fuera predeterminado a lo que él o cualquier otra persona se proponía. Entonces, repito, lo respeto, lo respeto mucho, respeto su servicio, respeto su pasión, pero eso no significa que no podamos estar ni estaremos en desacuerdo sobre cuál es el enfoque correcto o la política adecuada. Todo se reduce a eso; él decidió que ya no se sentiría cómodo en ese puesto, y respeto esa decisión.

Con respecto a Francia y a mi homólogo, el ministro de Asuntos Exteriores Le Drian, creo que lo que dije antes es como lo veo y cómo lo vemos. El presidente Macron y el presidente Biden han acordado llevar a cabo un proceso de consultas en profundidad en el futuro. Reconocemos que esto llevará tiempo y requerirá mucho trabajo, y necesitamos demostrar resultados no solo en lo que decimos sino en lo que hacemos juntos. Estoy muy empeñado en que así sea. Trabajaré en estrecha colaboración con Jean-Yves en los próximos días y semanas, y estoy convencido de que nuestros intereses comunes son tan fuertes y los valores que compartimos tan inquebrantables que seguiremos adelante y haremos un buen trabajo. Aunque llevará un tiempo y mucho trabajo, como dije, estoy decidido a hacerlo.

  1. PRICE: Gracias, señor secretario. Muchas gracias a todos.

SECRETARIO BLINKEN: Muchas gracias a todos. Que disfruten de Nueva York.


Para ver el texto original, ir a: https://www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-at-a-press-availability-7/.

Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.

U.S. Department of State

The Lessons of 1989: Freedom and Our Future