La Casa Blanca
14 de marzo de 2022
Washington D.C.
Desde canciones de cuna reconfortantes hasta gritos de guerra que reclaman justicia, las mujeres atienden y cuidan, enseñan y construyen, dirigen y proyectan nuestro mundo hacia el futuro, un día tras otro.
Las mujeres nunca se han quedado en silencio, pero sí han sido silenciadas: mediante la violencia, el odio, la discriminación y el aislamiento, y con trabajos y cuidados que nunca se han brindado.
A las mujeres les han dicho que son peligrosas. Porque sí son peligrosas: para la corrupción y la injusticia. Cuando alzamos nuestras voces, tenemos la capacidad de derrumbar las murallas de la opresión.
Por eso los hombres cobardes no permiten que las niñas aprendan. Por eso los cuerpos de las mujeres se convierten en víctimas de la guerra.
Como a todos ustedes, me producen un gran dolor en el corazón los videos con imágenes de Ucrania. Niñas y niños enfermos huyendo en trenes-hospitales improvisados, y el bombardeo inconcebible de un servicio de maternidad. Padres llorando frente a los cuerpos destruidos de sus hijos en las calles. Una situación absurda que resulta estremecedora.
También sabemos que hay atrocidades que ocurren en todo el mundo que nunca se transmiten en los programas de noticas. Hay niños y niñas heridos y mujeres con cicatrices de guerra en todo el mundo.
Y en todos lados hay voces de mujeres que merecen ser escuchadas, porque lo que tienen para decir es sumamente movilizador. Definen nuestras vidas, al condicionar nuestro goce y nuestro pesar, y distinguir lo importante de lo demás. Es así como nos entendemos y nos conectamos entre nosotros como personas, más allá del idioma, la distancia y el tiempo. Promueven la empatía y nos instan a cada una de nosotras a actuar.
Sigo enseñando escritura en una institución terciaria de la comunidad y, en mis clases, veo a estudiantes que cobran confianza al poder plasmar la historia de su vida en un papel. He visto a estudiantes acercarse unos a otros cuando comparten, ya que pueden entender que sus diferencias son valiosas y que tienen infinidad de cosas en común.
Las historias que contamos importan.
Mi esposo, nuestro Presidente, lo sabe. Sabe que las historias que le han trasmitido de sobrevivientes de abusos lo mantuvieron despierto durante las noches, y que eso lo inspiró a redactar e impulsar la Ley sobre Violencia contra las Mujeres.
Sabe que las voces de las mujeres han sido centrales en la resistencia a la tiranía, y que ningún país que oprima a la mitad de su población podrá progresar.
Y sabe que Estados Unidos debe liderar a una comunidad global dedicada a poner freno a la corrupción, la injusticia y la brutalidad que acalla a las mujeres.
Porque no podrá haber una democracia auténtica, ni verdadera paz ni prosperidad, sin las voces de las mujeres. No podrá haber historia si no se cuentan nuestras historias.
Por eso, lo que hacemos aquí tiene repercusiones mucho más allá de estas paredes.
Durante 16 años, estos premios han elevado las voces de las mujeres en todo el mundo. Han dado visibilidad a los esfuerzos y la fortaleza de mujeres en el Norte, el Sur, el Este y el Oeste global. Ha declarado ante todos que Estados Unidos apoya a estas héroes. Que no están solas.
En el día de hoy, rendimos homenaje a doce mujeres, y damos un paso más, al concederles una plataforma desde donde pueden contar su verdad en sus propias palabras. Reconocemos el potencial que tienen, al asumir uno de los desafíos más complejos de nuestra época e instarnos a todos nosotros a redoblar nuestros esfuerzos.
Cuando escuchen sus palabras, llévenlas en sus corazones. Transmítanlas a sus hijas e hijos, y a todos los que conocen.
Cuenten sus historias porque pueden inspirar a nuestro mundo a intentar emular su valentía.
Cuéntenlas porque las mujeres combatientes del mundo entero necesitan escuchar que es posible.
Difundan sus historias porque existe una hermandad de niñas que encierran un universo de posibilidades y que deben saber que el futuro también es de ellas.
A todas las Mujeres de Coraje —aquellas que combaten la injusticia en América Latina o que intentan aprender en Medio Oriente, que trabajan por la democracia y la estabilidad en Europa, que protegen a sus familias en el África subsahariana o que se pronuncian contra la violencia de género en Asia— les decimos que seguiremos trabajando con pasión y perseverancia, con desarrollo y democracia, para detener a quienes pretenden silenciarlas.
Y que contaremos sus historias, incluso si ustedes no pueden hacerlo.
Para ver el texto original, ir a: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/03/14/remarks-as-prepared-for-delivery-by-first-lady-jill-biden-at-the-2022-international-women-of-courage-award-ceremony/
Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.